04 octubre 2006

La guerra contra el terrorismo

Desde el 11 de Septiembre de 2.001, nos encontramos envueltos en lo que George W. Bush y sus ideólogos han venido a llamar “guerra contra el terrorismo”. Ahora bien, me parece que esto suscita una serie de preguntas morales de bastante calado. Y no porque ya se las haya mencionado repetidamente dejan de tener importancia.

Para empezar está el hecho (como adelantaba en el extracto del libro DTuC) de que no sabemos exactamente contra qué estamos luchando. ¿Contra los Estados que incumplen la ley internacional? Entonces la guerra no acabará nunca. ¿Contra los Estados de religión oficial musulmana? Un criterio peligroso para justificar una actuación militar. ¿Contra los Estados que no tengan nuestro modelo democrático-liberal? Entonces habrá que volver a redactar la lista de “aliados” en esta guerra fantasma, porque muchos no cumplen este requisito.

Tal vez la aproximación es otra. Tal vez no se está luchando contra Estados concretos, sino contra grupos de personas que actúan dentro de estos Estados. Entonces mi pregunta es si está justificado utilizar medios bélicos contra otro país, para atacar a parte de su población. Me parece que es ir totalmente en contra del derecho internacional (por no mencionar que lo considero inmoral).

Se nos dice una y otra vez que estamos en un mundo diferente, que el 11-S supuso un cambio. Que ahora hay otras reglas de juego a las que debemos adaptarnos.

¿Realmente? El terrorismo internacional ya existía antes del 11-S. Al Qaeda ya existía antes del 11-S. Incluso si tenemos en cuenta que, efectivamente, el ataque de 2.001 fue impactante en todos los aspectos, sigue sin tener sentido lo de las “nuevas reglas de juego”.

El 11-S fallecieron aproximadamente 3.000 personas. Es espeluznante, desde luego; sobre todo, porque lo vimos en directo. Como consecuencia de ello, dos países han sido invadidos y se ha recortado los derechos fundamentales en muchas zonas del mundo occidental. Parece excesivo, pero los autores lo justifican, como digo, con el argumento de que esas 3.000 víctimas inocentes cambiaron las cosas.

Parece, pues, que el fin justifica los medios: Para evitar que mueran otras 3.000 personas, iremos hasta donde haga falta.

Si es así, tal vez debamos revisar nuestros números. ¿Sabéis cuántas personas fallecen anualmente, sólo en España, como consecuencia de accidentes de tráfico? Una media superior a 3.000 personas. Cada año tenemos en España el equivalente en víctimas al 11-S.

Siguiendo la lógica de los que sostienen la necesidad de esta “guerra contra el terror”, habría que llegar hasta donde hiciera falta para evitar que esto vuelva a ocurrir. Si hay que prohibir los coches, los prohibimos. Si hay que condenar a cadena perpetua –en un juicio militar sin presunción de inocencia- a los que tengan multas de tráfico, los condenamos. Si hay que atacar a Alemania por producir sus BMW, lo hacemos.

¿Ridículo? No tanto como la idea de que el terrorismo puede ser combatido con bombas y Estados policiales.

Y es que nos estamos olvidando de los aspectos meramente utilitarios: El objetivo de la “guerra contra el terrorismo” es, obviamente, acabar con el terrorismo. Pero, ¿puede conseguirse de forma militar? Los hechos, las noticias diarias, parecen demostrar lo contrario. En realidad, hoy hay más violencia terrorista en el mundo que antes de que se iniciara este conflicto inacabable.

Lo mismo ocurre con el recorte de libertades que estamos viendo. ¿Sirven para luchar contra el terrorismo? Es discutible. Desde luego, mejorar la actuación de las fuerzas de seguridad contribuye a detener planes terroristas antes de que sean efectivos. Pero de ahí a decir que, en consecuencia, es necesario renunciar a todos nuestros derechos fundamentales, hay un trecho.

Los tribunales de excepción, las políticas discriminatorias o racistas, los cambios de régimen en países distantes,... Nada de esto ayuda a luchar contra el terrorismo. Antes al contrario, da armas ideológicas a los terroristas presentes y futuros.

Entonces, podríamos preguntarnos qué es lo que debemos hacer para estar más seguros. ¿Cómo podemos conseguir que desaparezca la amenaza terrorista? En mi modesta opinión, esto no lo lograrán las bombas. Lo que habría que hacer es un trabajo a largo plazo, centrado en la educación (para eliminar –en ambas partes en conflicto- estereotipos negativos), y en la erradicación de la pobreza (para que desaparezca la sensación de injusticia que aboca a mucha gente al fanatismo religioso intolerante). Habría que conseguir, en definitiva, un mundo socialmente más justo. Cosa que estamos perfectamente capacitados para hacer.

Y sí, mientras dura el proceso de cambio nuestras fuerzas de seguridad deberían seguir haciendo su trabajo. Pero sin renunciar a lo que nos convierte en Estados democrático-liberales.

Sería un trabajo largo, pero podemos hacerlo si queremos. El mayor problema es que los políticos piensan en plazos de cuatro años...

Etiquetas: ,

02 octubre 2006

Fragmento de DTuC (el libro)

¡Saludos!

Os paso a publicar un pequeño extracto del tercer capítulo del libro que ha servido de inspiración para este weblog, "Diplomacia tomando un café". Actualmente, se encuentra en fase de revisión para una futura publicación.
* * *
3.- Cuando los Estados firman contratos, los llaman tratados internacionales

Todas las sociedades tienen un ley que deben cumplir. En el caso de la sociedad internacional (los Estados y las Organizaciones Internacionales), esta ley se llama "derecho internacional". La parte más importante de este Derecho son los tratados internacionales.

Este capítulo te interesa si...
- Llevas una vida muy organizada: Escribes listas de gastos, de tareas pendientes, haces planes basándote en tu agenda,...
- Crees que la escena de "Puente sobre el río Kwai" en que el coronel Nicholson le lee los Convenios de Ginebra al coronel Saito es digna de recordarse.
- Lees la letra pequeña de los contratos.

Preguntas y respuestas
LO BÁSICO SOBRE TRATADOS Y DERECHO INTERNACIONAL
¿Qué son los tratados internacionales?
Son acuerdos que hacen los Estados y las Organizaciones Internacionales para regular algún tema en concreto.

¿Verdad que cuando compramos una casa firmamos un contrato de compraventa? ¿O que, si tenemos suerte, cuando nos fichan en un sitio firmamos un contrato de trabajo?

Los Estados y las Organizaciones Internacionales también hacen contratos entre ellos. Estos contratos son los tratados internacionales.

O sea, que son algo así como una ley...
Sí, pero que -en principio- sólo se aplica a las partes que negocien. Por eso es mejor considerarlos como contratos.

De hecho, podemos mencionar una pequeña curiosidad: Nuestro propio Código Civil dice que "los contratos son ley entre las partes". Un contrato en España obliga como si fuera una ley. Un tratado internacional es, simplemente, la aplicación de este principio, pero a las más altas esferas.

¿Un convenio, un tratado y una convención son lo mismo?
Sí. Con tal de que sea un acuerdo entre Estados y/u Organizaciones Internacionales, y que siga las reglas que explico en este capítulo, da igual como lo llames.

Tratado, convenio, convención... Para el derecho internacional, no hay diferencias.

¿Es lo mismo "derecho internacional" que "tratado internacional"?
No. Un tratado internacional es una parte del derecho internacional.

Concretamente, una parte que han decidido negociar dos o más países u Organizaciones Internacionales. Como han decidido negociarla, pueden hacer las reglas que quieran (con las limitaciones que veremos más abajo).

Hay otras partes del derecho internacional, que no son tratados. Por ejemplo, las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia (ver el capítulo 5) son derecho internacional. Pero no han sido negociadas entre las partes (las partes no deciden su contenido), así que no son tratados.

Curiosidades para presumir
- Tratados a la mar: El régimen del mar (aguas territoriales, zonas de pesca, etc.) se encuentra regulado en una Convención de 1.982. Es un tratado muy complejo, y por eso sólo voy a explicar un pequeña anécdota que muestra cómo el dinero puede variar las negociaciones. Cuando se quiso regular la explotación de los fondos oceánicos (que, en principio, no son de nadie), se creó el siguiente sistema en previsión de que alguien inventara un modo rentable de extraer minerales del lecho marino: Existiría un organismo internacional, llamado "la Empresa", dependiente de la Autoridad de Fondos Marinos y Oceánicos. Cuando un país quisiera explotar una parte del fondo oceánico tenía que cumplir dos condiciones. La primera, ceder gratuitamente las patentes del sistema que fuera a emplear, para que los países pobres pudieran utilizar en el futuro ese sistema sin que les saliera carísimo. La segunda, que el territorio a explotar se dividiría en dos partes. Una se la quedaría el país inventor. La otra, sería para la Empresa (que repartiría beneficios entre todos los países del mundo). Y sería la Empresa la que decidiera con qué parte se quedaba (para que el reparto fuera equitativo). Sin embargo, todo esto quedó muy deslucido por la presión de los países ricos. Al final, ni tienen que ceder gratuitamente las patentes, ni la Empresa tiene tanto poder de decisión sobre qué parte se queda.

Para debatir en el bar
- ¿Terroristas o luchadores de la libertad?: Uno de los aspectos más controvertidos y más actuales de la aplicación del derecho internacional es la lucha contra el terrorismo, sobre todo el que es capaz de cruzar fronteras. El problema está en que, a día de hoy, no hay una definición legalmente vinculante y aceptada por todo el mundo de lo que se entiende por terrorismo. Y si no sabemos definir aquello contra lo que estamos luchando, será difícil hacer leyes en su contra. Está claro que el terrorismo incluye ataques indiscriminados para obligar a alguien a hacer algo que no quiere, o para conseguir cualquier tipo de objetivo (político, religioso,...). La dificultad viene al entrar en matices. Como suele decirse, "el diablo vive en los detalles". Por ejemplo, ¿está justificado el terrorismo para defender la democracia? ¿Y para liberarse de un dictador? ¿Puede un Estado cometer terrorismo? En caso de que sea así, ¿en qué se diferencia el terrorismo de cualquier guerra? ¿Es legítimo que un Estado use el terrorismo para acabar con el terrorismo? Hasta que no encontremos una solución a estas preguntas (una solución que guste a todo el mundo), no podremos acabar con el terrorismo internacional. ¿Qué respuesta darías tú?

Etiquetas:

Cosas de la diplomacia

¡Saludos!

Aquí va un enlace a otro weblog que se dedica a las Relaciones Internacionales, "Cosas de la diplomacia". Es bastante interesante.

http://lahojaderuta.com/blog2/


ACTUALIZACIÓN: Gracias a Francisco Polo, el autor del blog, ahora sé que hay una manera más fácil de llegar a él:

http://www.cosasdeladiplomacia.info

De nuevo, gracias, Francisco.

Etiquetas:

Inicio del weblog

¡Saludos!

Comienza la aventura del weblog "Diplomacia tomando un café", con el que pretendo dar a conocer el mundo de las Relaciones Internacionales y crear un lugar de intercambio de ideas sobre la resolución pacífica de conflictos. Las estadísticas dicen que la mayoría de weblogs desaparece antes de los dos meses de vida. Veremos si DTuC sobrevive un poco más. De momento, mi intención es ir actualizando el blog una vez a la semana, seguramente los lunes y martes.

Nos iremos leyendo por aquí...

Etiquetas: